lunes, 13 de septiembre de 2010

Dios y yo.

- Hola, soy Martin y estamos haciendo un encuesta para la Iglesia de la Fé Cristiana. ¿Me permitirías un segundito de tu tiempo? Muchas gracias. Primera pregunta, ¿Crees en Dios? Ok, no. Segunda, ¿Dejarías entrar a Jesús en tu corazón?

- Hola Martín, me llamo Agustina mucho gusto. La verdad que no creo en Dios, y no dejaría entrar a Jesús en mi corazón por el simple hecho de que no creo que sea hijo de tu Dios. No me preocupa que mi alma se valla al cielo, ya que para mi el alma no es un espiritu, para mi el alma es energía, es la energía que nos hace movernos todos los días, cuándo esa energía se termina nuestra vida también, nos vamos apagando y al final de todo el cuerpo se va al cementerio y el alma ya se extinguió. Respeto profundamente en lo que tu crees, porque veo que el tener fé en algo te ha sacado de varios momentos feos que tuviste que pasar; pero no me pidas que crea en algo que no puedo ver, ni tocar, ni oler. ¿Qué si yo creo en "Ver para creer"? Te paso a explicar Martin, no creo en que los sentidos sean infalibles, pero tampoco acredito que exista una fuerza superior al hombre, y que vele por ellos amandolos como vos decís. Yo también creo en un teoría, para mi el hombre es el mundo; todo lo que se proponga lo puede hacer. Y sí, somos débiles, crueles y despiadados. Pero hay gente como vos y yo, que elegimos creer en algo que nos hace bien, a vos te hace bien pensar que hay alguien que por las noches te cuida, a mi me hace bien ver a la gente feliz. Me hace muy feliz que tu cristianismo te haga feliz, me pone muy feliz que aquel hombre esté con una mujer, y también me hace feliz que aquel hombre esté con el hombre que ama. Ahí diferimos querido Martin, yo no creo que tu Dios acepte esa discriminación que hay en tu voz al hablar de la homosexualidad, según lo que me estás diciendo, tu Dios solo quiere que todos los hombres seamos felices por igual ¿No?. ¿Entonces porqué me estás mirando de esa forma? ¿Por alegrarme de que gente con diferentes gustos sea feliz? Bueno, exactamente por eso no dejo entrar a Jesús en mi corazón, porque si él me va a hacer pensar así, prefiero que mi alma divague por el limbo. Muchas gracias por tu tiempo Martin, que sueñes con los angelitos y con tu Dios.


R. Cadmia

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